LA VIRGEN PEREGRINA

Por Emilio Barreto

 

La Jornada Diocesana 100 días con María comenzó el lunes 8 septiembre con la eucaristía celebrada en la parroquia Nuestra Señora de la Caridad, de Centro Habana. A partir de entonces la Virgen de la Caridad del Cobre peregrina por parroquias, iglesias, capillas e incluso casas de diversos pueblos comprendidos dentro de la Arquidiócesis habanera. El pasado domingo 14 de septiembre la Virgen se encontraba en la parroquia San Julián y San Francisco Javier de Güines, un templo que, luego de la gran restauración a que fue sometido, ha devenido en la joya arquitectónica de su entorno. Ese día, 5000 güineros se reunieron en el Parque Central del pueblo para recibir a María y cantarle en la primera de las 14 misas a cielo abierto que deben efectuarse entre el 14 de septiembre y el próximo 7 de diciembre. La parroquia San Julián y San Francisco Javier de Güines se encuentra en el mismo Parque Central, separada a 30 metros de un pequeño podio, o escenario, ubicado de frente al público que llega por las principales calles de Güines (al frente: calle Real, hoy Avenida 77; a la izquierda: Trujillo, ahora calle 90 y a la derecha: Habana, en la actualidad calle 96). Palabra Nueva llegó a las 8:30 a.m. al lugar de la celebración y pudo apreciar que ya había más de 2000 personas participando de la animación que corrió a cargo del Padre Ramón Suárez Polcari, párroco de Nuestra Señora de la Caridad y Canciller de la Arquidiócesis de La Habana, junto al Presbítero animaron varios jóvenes seminaristas, quienes alentaron a los feligreses en la entonación de casi una decena de cantos. Fue entonces que se oyeron tres grandes ¡vivas! a la Virgen de la Caridad. El retrato gigante de Juan Pablo II (el mismo que fue colocado frente al altar en la Misa celebrada en la Plaza de la Catedral el domingo 29 de junio de este año con motivo de la festividad por los santos Pedro y Pablo) apareció esta vez en lo alto de la fachada de la Parroquia. -¡Estamos aquí para alabar a nuestro Señor Jesucristo! ¡Viva nuestro Señor Jesucristo!- decía uno de los seminaristas que animaba y la feligresía levantaba los brazos, coreaba, hacía sonar palmadas y seguía a los animadores. -¡;Jesucristo es el único Dios! ¡Aquí se va a hablar de paz, amor y reconciliación!- exclamaron seguidamente y la gran muchedumbre rezó el Ave María. Una gran cantidad de ciclistas de paso por el lugar se quedaba observando cuánto ocurría. Este reportero, - que anduvo por cada uno de los rincones y vericuetos de la gran asamblea -, pudo apreciar que, a diferencia de la Misa pública celebrada en la Plaza de la Catedral el Día del Papa (29 de junio), había la misma cantidad de personas de la raza blanca y de la raza negra. Igualmente me llamó la atención el elevado número de no católicos que colmó los portales aledaños y permaneció allí durante toda la celebración. II La procesión inicial salió a las 10:00 a.m. por la puerta principal del Templo. El Cardenal Jaime Ortega iba acompañado por casi una decena de sacerdotes y más de la mitad de los diáconos que tiene la Arquidiócesis de La Habana. Mientras el Arzobispo de La Habana subía al Presbiterio se oyeron varios vivas a Jesucristo y a Cuba. El Cardenal fue recibido con la canción Mensajero de Paz. En el extremo derecho del altar se colocó la imagen de Cristo crucificado; en el otro la imagen peregrina de la Virgen de la Caridad.. La homilía del señor Cardenal Jaime Ortega llevaba implícita una gran dosis de catecismo. En sus palabras, el Pastor de la Iglesia católica cubana se refirió al tiempo que nos va quedando a los católicos cubanos para la realización de la tan esperada visita de Su Santidad Juan Pablo II. Al respecto exhortó a que este tiempo sea de maduración en la fe, pues nuestro pueblo no es descreído ni maldiciente. Insistió una vez más en la necesidad de superar el fanatismo religioso y la superstición y, al mismo tiempo, que nuestro pueblo se llene de una fe profunda y pletórica de espiritualidad, tal y como es la religión católica. -¡Quien mire hacia Cristo quedará curado de la mordedura de la serpiente de la maldad!- exclamó con fuerzas. Precisamente a eso vendrá Juan Pablo II a Cuba: para proclamar la validez y actualidad de la Iglesia que fundó Cristo. En tal sentido el Cardenal aseveró, tal y como le dijo a los jóvenes en la Jornada Diocesana de la Juventud Católica celebrada el pasado mes de agosto en la iglesia Jesús de Miramar, que la visita del Santo Padre dejará en los cubanos "sentimientos nobles, profundamente cristianos, profundamente cubanos... Que estos sentimientos sean despertados por la Virgen de la Caridad del Cobre". Casi al finalizar su homilía el Cardenal Jaime Ortega informó que la Iglesia está preparando un nuevo catecismo en una edición perteneciente a la Misión preparatoria de la visita del Papa y se espera que, al menos, haya uno para cada familia. La Plegaria de Consagración fue muy sentida pues la gente cantó con mucha emoción y el mayor animador fue el propio Cardenal. La Comunión fue entregada por 9 Ministros de la Eucaristía. III Al finalizar la celebración la Virgen de la Caridad volvió al Templo. La madre de todos los cubanos fue seguida por la inmensa muchedumbre. En la procesión, los presentes le pidieron a la Patrona de Cuba, le cantaron, le dieron innumerables ¡Vivas!, le arrojaron flores, hubo música, aplausos, campanadas y se entonaron las notas de nuestro Himno Nacional. La Virgen entró al Templo y con ella sólo pudieron entrar 2000 personas de la inmensa muchedumbre que la siguió al concluir la Santa Misa.

 


CUBA: UN HERVIDERO DE FE POPULAR

Por Orlando Márquez

 

Los habitantes de la zona vicVerdana Regla - Guanabacoa al este de La Habana se habían preparado espiritualmente para la ocasión. Una pequeña imagen religiosa había visitado ya varias parroquias en distintas localidades, llegando incluso a Alamar, una ciudad ubicada frente a las costas y construida hace dos décadas, con una población que supera los 100 mil habitantes pero sin un sólo templo religioso. En Alamar la imagen de la Virgen de la Caridad visitó las tres casas habitadas por fieles católicos, quienes las ponen a disposición de la Iglesia para la celebración de la eucaristía o la enseñanza del catecismo. Se les llama "casas de misión" y suman más de 200 en todo el país, ubicadas en urbanizaciones o pueblos sin templos. Después de completar una semana de recorrido, la imagen peregrina ocupó un lugar destacado en el altar levantado en plena calle, frente a un parque del barrio de Guanabacoa, junto a la parroquia La Milagrosa, residencia de uno de los dos obispos auxiliares de La Habana, Monseñor Carlos Baladrón. La misa la presidiría el Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana. Esta sería la tercera de catorce celebraciones que el Arzobispo había concebido para la Arquidiócesis. "Con la Virgen de la Caridad esperamos al Papa Juan Pablo II" es el lema de esta etapa misionera, en la que cada misa presidida por el Cardenal cierra un ciclo de siete días de peregrinación de la Virgen. Aquel domingo 28 de septiembre amaneció lluvioso. A las 6:00 a.m. comenzó una llovizna estable que retrasó la terminación del altar y la instalación del sistema de audio. Algunos fieles llegaron con paraguas, otros con piezas de cartón. A las 9:00 a.m. cesó la lluvia. El mal tiempo fue decisivo en la asistencia de los fieles; los residentes en lugares más alejados cancelaron el alquiler de camiones, recurso muy utilizado en Cuba para recorrer distancias medias y largas debido a la escasez de ómnibus, y que se espera que sea utilizado también para asistir a las celebraciones que presidirá en Cuba el Papa Juan Pablo II, sin descontar otras formas que deben ser facilitadas por las autoridades cubanas. Finalmente unas 3 mil personas se congregaron frente al Cardenal Ortega y los concelebrantes, entre quienes se encontraba el Obispo Auxiliar Carlos Baladrón, el Nuncio Apostólico en Cuba, Monseñor Beniamino Stella, el Secretario de la Nunciatura y sacerdotes religiosos y diocesanos que realizan su trabajo en la zona. En su homilía el Cardenal se refirió a la importancia de la Virgen de la Caridad en la religiosidad del pueblo y en el renacer de la espiritualidad de los cubanos. Aparecida a fines del siglo XVII, la imagen de la Virgen María se asentó hondo en la población; sus reproducciones acompañaron a los cubanos que combatían a España en el siglo XIX para lograr la independencia. Ya en la etapa republicana son los veteranos de la guerra de independencia quienes solicitan al Papa Benedicto XV que declare a la Virgen de la Caridad Patrona de Cuba, lo cual hizo en mayo de 1916. Todas las diócesis de Cuba realizan hoy peregrinaciones con la venerada imagen, como preparación de la visita del Santo Padre a este país. "Si Cuba pudiera ser vista desde lo alto, veríamos un hervidero humano de devoción religiosa motivado por la Virgen de la Caridad", dijo recientemente un sacerdote de Camagüey. Las celebraciones públicas que preside el Cardenal Ortega en La Habana son atentamente seguidas por las autoridades. El Cardenal, asistido por fuertes razones pastorales, ha reiniciado las misas públicas, ausentes por más de 35 años en la trama urbana de Cuba. La primera vez fue en la Plaza de la Catedral, con motivo de la Festividad de San Pedro y San Pablo, Día del Papa, cuando unos 5 mil habaneros se reunieron frente al altar levantado en el atrio del templo. Las celebraciones católicas en plena calle son vistas por muchos con alegría, por otros con cierta perplejidad y no faltan los que las observan con recelo o disgusto. Pero estas celebraciones, que se convierten en una oportunidad de manifestación religiosa pública tanto de católicos como no católicos, sirven de ejercicio. Los católicos se adaptan a un "templo" a cielo abierto, y las autoridades y sus dependencias, con poca experiencia en materia religiosa y litúrgica, observan y toman nota, mientras ambas partes se preparan para la visita de Juan Pablo II, prevista para los días 21 al 25 de enero de 1998. El Sumo Pontífice debe celebrar cuatro misas a cielo abierto en igual número de ciudades de la Isla: La Habana, Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba. En esta última se halla el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad, Patrona de Cuba.

 


La Nación OnLine

15 de Noviembre 1997

Fidel Castro irá a misa

CIUDAD DEL VATICANO (ANSA).- El presidente cubano, Fidel Castro, tiene previsto asistir a la misa que Juan Pablo II oficiará en La Habana, el 25 de enero, último día de la histórica visita del Pontífice a la isla.

Así se desprende de un informe divulgado por el Vaticano que da cuenta de la agenda del Papa en Cuba.

Juan Pablo II llegará a La Habana el 21 de enero, en uno de los viajes más importantes de su pontificado, y es probable que sea recibido en el aeropuerto por el líder cubano. El programa completo de la visita de Juan Pablo II a Cuba se divulgará la próxima semana, pero hoy el Centro Televisivo Vaticano informó sobre la agenda de transmisiones previstas durante el viaje y los acontecimientos que emitirá en directo.

La reunión en La Habana será la segunda entre Fidel Castro y el Papa, que el año último recibió en el Vaticano al presidente cubano con ocasión de su visita a Italia para asistir a la cumbre mundial de la FAO.

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